Hay lugares que parecen detenidos en el tiempo, envueltos en niebla por la mañana y en silencios que huelen a leña por la tarde. Aculco es uno de ellos. Ubicado al norte del Estado de México, en la región de Jilotepec, este Pueblo Mágico es una joya muy poco explorada que combina historia virreinal, paisajes de piedra volcánica, gastronomía artesanal y una calma que no se encuentra en la ciudad.
Ideal para una escapada de fin de semana (se encuentra a sólo 2 horas de la CDMX), Aculco nos invita a caminar despacio, probar sus famosos quesos, y a perdernos entre sus cascadas para sentir que lo simple también puede ser extraordinario.
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Aquí te contamos todo lo que puedes hacer en este rincón mexiquense, para pasártela increíble en tu visita.
1. Paseo por el centro histórico de Aculco para admirar la arquitectura
Caminar por las calles empedradas del centro es como viajar al siglo XVIII. La Parroquia y Ex Convento de San Jerónimo, con su fachada de cantera blanca y rosa, es uno de los ejemplos más bellos del barroco novohispano. A su alrededor, portales con comercios locales y una plaza central tranquila te invitan al descanso.
2. Visitar las cascadas de Tixhiñú y La Concepción
Aculco está rodeado de cañadas y formaciones de basalto que recuerdan escenarios de fantasía. Las cascadas de Tixhiñú, con más de 15 metros de altura, son un espectáculo natural rodeado de columnas de piedra. También puedes visitar la cascada La Concepción, más accesible, ideal para picnic o fotografía. Te recomendamos llevar calzado cómodo y consultar si hay acceso en temporada de lluvias.
3. Probar los quesos artesanales y la barbacoa local
Aculco es famoso por su producción de queso fresco y ranchero. Algunos talleres familiares ofrecen degustaciones o venta directa, y puedes acompañarlos con pan casero y miel de maguey. Por favor, no te vayas tampoco sin probar la barbacoa estilo penca, uno de los platillos más tradicionales de la región.
4.- Caminar entre peñas y campos de lavanda
En las afueras del pueblo puedes encontrar formaciones como Peña de Ñado, excelente si eres fan del senderismo ligero y quieres tomar increíbles fotografías panorámicas. Además, hay campos de lavanda y agave donde se realizan recorridos guiados, ideales para los que buscan el tan necesario contacto con la naturaleza y buenas postales para Instagram.
5. Comprar artesanías de cantera, lana y cerámica
La tradición artesanal de Aculco se nota en sus calles. Encontrarás desde piezas talladas en cantera blanca, hasta textiles de lana tejida a mano, como bufandas, morrales o tapetes. También hay cerámica vidriada, perfecta como recuerdo útil y bonito.
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6. Alojarse en una hacienda o cabaña rústica
Desde hoteles boutique en antiguas casonas coloniales, hasta cabañas en el campo con chimenea, Aculco ofrece varias opciones para una estancia tranquila. Algunas incluso incluyen fogatas, recorridos a caballo o desayunos típicos.
