Los cenotes de Yucatán son verdaderas joyas naturales formadas hace millones de años en el corazón de la selva maya. Más de 3,000 cuerpos de agua subterránea emergen a lo largo de la península, ofreciendo paisajes espectaculares, aguas cristalinas y una conexión profunda con la historia de la civilización.
Estos espacios fueron considerados portales al inframundo (Xibalbá) y aún hoy conservan ese halo de misterio que los hace tan fascinantes.
Si estás buscando los mejores cenotes para visitar en Yucatán en Semana Santa, esta guía es para ti. Desde opciones familiares hasta experiencias para los más aventureros.
Mejores cenotes de Yucatán
1. Cenote Xkekén y Samulá

Ubicados a tan solo 5 km del Pueblo Mágico de Valladolid, los cenotes Xkekén y Samulá forman parte del Parque Dzitnup, un destino ideal para una escapada familiar durante la Semana Santa.
El cenote Xkekén es una maravilla subterránea adornada con estalactitas y estalagmitas. A mediodía, un rayo de luz natural se filtra desde la bóveda, iluminando las aguas turquesa en un espectáculo visual inolvidable.
Muy cerca, el cenote Samulá ofrece una experiencia igualmente mágica en un entorno rocoso de gran belleza.
2. Cenote Noh Mozón
Si buscas cenotes para hacer snorkel o buceo en Yucatán, el Cenote Noh Mozón es perfecto. Esta cavidad profunda y amplia es un paraíso para los exploradores.
Ubicado en el municipio de Tecoh, este cenote está rodeado de vegetación y ofrece aguas tan transparentes que permiten ver las formaciones rocosas submarinas desde la superficie. Es uno de los mejores cenotes para el turismo de aventura en Yucatán, ideal para fotógrafos y buzos certificados.

3. Zazil Tunich
A 20 metros bajo tierra, Zazil Tunich es más que un cenote: es una experiencia inmersiva en el inframundo maya. Aquí, las formaciones de estalactitas y estalagmitas guían al visitante hacia el corazón de la tierra, donde se encuentra el mítico “Beso Maya”, un pasadizo natural que lleva a la cueva del alux, el espíritu protector de las grutas.
El recorrido culmina en un cenote sagrado de aguas cristalinas, ideal para una inmersión purificadora. Además, el sitio cuenta con cómodas cabañas tipo bungalow, perfectas para dormir en la tranquilidad de la selva.
4. Cenote Xcanahaltún
A solo unos minutos de Valladolid, el Cenote Xcanahaltún es uno de los más amplios cenotes semiabiertos de la región, con 90 metros de ancho y diferentes profundidades que lo hacen apto tanto para nadadores como para quienes solo desean disfrutar del entorno.
Desde una pequeña plataforma flotante, puedes observar el espectáculo natural mientras te relajas. También se puede explorar en kayak, lo que permite descubrir cada rincón de este impresionante cuerpo de agua.

5. Cenotes de Cuzamá
En Cuzamá, los cenotes Chelentún, Chacsinicché y Bolonchoojol te esperan para una aventura sin igual. El acceso se realiza en un “truck”, un antiguo vagón de madera tirado por mulas sobre rieles de henequén: una experiencia única que combina historia, ecoturismo y diversión.
Estos cenotes, ubicados dentro de cavernas subterráneas, son ideales para espeleobuceo, gracias a sus profundidades y formaciones únicas. La seguridad es prioridad, con guías locales certificados que acompañan durante todo el recorrido.

6. Cenote Ik-Kil
A tan solo unos minutos de Chichén Itzá, el Cenote Ik-Kil es uno de los más famosos y fotografiados del mundo. Rodeado por paredes cubiertas de vegetación y raíces colgantes que parecen tocar el agua, este cenote abierto es el epítome del exotismo y la espiritualidad natural.
Históricamente fue usado por los mayas para rituales sagrados, y hoy es una parada obligatoria para quienes visitan la zona arqueológica. Sus aguas profundas y frescas ofrecen un descanso perfecto después de explorar la antigua ciudad maya.