La capital de Costa Rica, San José, es un punto central donde confluyen la historia, la arquitectura, las expresiones culturales y actividades políticas del país. Con más de 1 millón y medio de habitantes, este sitio fundado en 1783, guarda entre sus calles un sincretismo que combina distintos atractivos turísticos que lo vuelven irresistible para todo tipo de visitantes.
Para quien lo visite, San José da la bienvenida con un ritmo de vida muy tranquilo, ideal para caminar por sus calles las cuales reflejan una clara influencia europea, consecuencia de la migración italiana, española, francesa y alemana.
Desde su fundación en el S.XVIII, esta ciudad ha pasado de ser una aldea colonial hasta convertirse en una capital dinámica que alberga Ministerios del Estado, Bancos, cafeterías, plazas y edificios históricos.
Teatro Nacional
Uno de estos monumentos es el emblemático Teatro Nacional, un edificio de estilo neoclásico inaugurado en 1897 y que se erige como un símbolo del amor costarricense por las artes escénicas. Su interior está decorado con mármol traído desde Italia y cuenta con varias estatuas del mismo material, además de pinturas que reflejan la naturaleza cafetalera de Costa Rica.
Con capacidad para 600 personas, este teatro –que se asemeja a un palacio– se mantiene activo con funciones de la Orquesta Sinfónica Nacional y actuaciones de compañías teatrales.
El Mercado Central
A unas cuadras del Teatro Nacional se encuentra el Mercado Central de San José, un laberinto de puestos de colores donde es posible encontrar desde frutas tropicales como la pitaya o el cas, hasta artesanías y ropa típica. Al recorrer estos pasillos, los visitantes pueden disfrutar de la auténtica cocina “tica” en los numerosos puestos de comida que ofrecen platillos como el gallo pinto, casados y ceviche fresco.
Al interior del Mercado se encuentra también “La Sorbetera” de Lolo Mora, una heladería con más de 120 años de vida que ha pasado de generación en generación y que se ha mantenido con un solo sabor de helado: una mezcla de vainilla que incluye canela, clavo de olor, jamaica y nuez moscada. Para quienes visiten el mercado esta es sin duda, una parada obligada.
Museos y Vida Nocturna
Caminando por la capital, aquellas personas que disfruten del arte y la cultura, encontrarán recintos culturales como el Museo de los Niños o el Museo de Ciencias Naturales de La Salle.
Además, destaca el Museo de Arte Costarricense, que alberga una impresionante colección de más de seis mil obras de artistas nacionales e internacionales. También está el Museo del Oro Precolombino, donde se pueden apreciar exhibiciones de desarrollo social y cultural de las tribus indígenas precolombinas. Este museo se encuentra al interior del Banco Central de Costa Rica, en la plaza de la Cultura, justamente al lado del Teatro Nacional.
Al estar más cerca de la línea ecuatorial, Costa Rica es un país en el que amanece y oscurece más temprano. Al caer la noche en San José, los bares, discotecas y cafeterías ofrecen entretenimiento en vivo, música variada y una atmósfera animada que invita a los turistas a disfrutar de una velada costarricense.
Por supuesto, no se puede concluir esta visita sin mencionar la calidez y hospitalidad de su gente. Su trato es ya en sí mismo un encanto turístico. Las “ticas” y “ticos” son personas muy amigables y acogedoras, dispuestas siempre a compartir el amor que tienen por su país.
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