El triunfo de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos, podría representar una oportunidad de reactivación para el turismo mexicano debido a las restricciones hacia otros destinos competidores en la región. Sin embargo, México enfrenta el desafío de aprovechar este posible repunte turístico fortaleciendo la seguridad en sus destinos clave y ajustándose a las preferencias cambiantes de los turistas estadounidenses, quienes mostraron una creciente inclinación por destinos europeos.
La política de Trump podría beneficiar indirectamente al sector si el país logra consolidar su oferta como una opción competitiva en precio, accesible y con mayores niveles de seguridad, lo cual sería fundamental para posicionarse de manera efectiva en el mercado turístico internacional.
Su segundo mandato como presidente de Estados Unidos plantea interrogantes sobre el impacto que sus políticas podrían tener en el turismo de México. Analistas anticipan que un factor clave será el debilitamiento del peso mexicano frente al dólar, algo que potencialmente podría impulsar a los estadounidenses a viajar más a México por la ventaja cambiaria que esto supone.
No obstante, para comprender a fondo las posibles consecuencias, es crucial analizar tanto los efectos económicos como los aspectos migratorios y de seguridad que caracterizaron su primera administración.
Ventajas económicas para el turismo en México
El debilitamiento del peso mexicano podría hacer que viajar a México resulte mucho más accesible para el turista estadounidense, quien podría aprovechar un mayor poder adquisitivo en destinos turísticos como Cancún, Los Cabos y la Riviera Maya.
Según el Gobierno de Estados Unidos, en enero de 2023, el 26.3% de los viajes de estadounidenses al extranjero fue hacia México, cifra que descendió al 25% en enero de 2024.
Esta tendencia también se reflejó durante el verano, donde la participación de México como destino turístico bajó del 18.2% en julio de 2023 al 16.6% en el mismo mes de 2024, mientras que destinos europeos crecieron significativamente.
Con la fluctuación del tipo de cambio y un posible abaratamiento del petróleo, el sector hotelero y de servicios en México podría experimentar un impulso. Estas condiciones podrían crear un clima de “tregua” para la industria hotelera, que fue impactada por la apreciación del peso en años recientes. La devaluación podría restaurar la competitividad de destinos como Los Cabos y Cancún.
Política migratoria y restricciones de viaje
Durante su primera administración, Trump implementó políticas migratorias estrictas que afectaron el flujo de personas entre México y Estados Unidos. En este contexto, es probable que su retorno a la presidencia conlleve una continuidad en esta postura de control fronterizo y de endurecimiento en cuanto a medidas de seguridad.
Esto podría traducirse en una mayor demanda de seguridad en puntos turísticos sensibles, como Mazatlán, donde la percepción de violencia afectó el turismo estadounidense. Un control más riguroso del narcotráfico y de la violencia en zonas turísticas podría, paradójicamente, incentivar la llegada de turistas estadounidenses al ver un compromiso del gobierno mexicano en mejorar las condiciones de seguridad.
Preferencias de los turistas Estadounidenses
En el último año, la preferencia de los turistas estadounidenses mostró un cambio relevante hacia destinos europeos, tendencia que ha afectado directamente a México.
Durante 2023 y 2024, los viajes de estadounidenses a Europa casi se duplicaron, pasando del 17.9% al 34.3%. Esto sugiere que, aunque las condiciones económicas podrían beneficiar a México, la competencia internacional sigue siendo un desafío.
La atracción que ejerce Europa, impulsada por la recuperación económica y cultural tras la pandemia, representa una alternativa importante para los turistas de Estados Unidos.