Quebec es uno de los destinos más encantadores de Canadá durante la temporada invernal y es que esta ciudad declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO, guarda muchas actividades por realizar, ideal para todos los viajeros en busca de aventuras y paisajes tranquilos.
En su haber los viajeros pueden tomar paseos en motonieve, trineos tirados por perros, caminatas en raquetas de nieve y recorridos en fat bike sobre ríos congelados. La experiencia no podría estar completa sin un spa nórdico para relajarse y conocer el único hotel de hielo de América del Norte.
El recorrido comienza en el Viejo Quebec, una ciudad fortificada con más de 400 años de historia, donde la arquitectura y las calles adoquinadas transportan a otra época. Los visitantes pueden explorar el Petit Champlain, una de las zonas comerciales más bellas del mundo, o recorrer museos como el de Bellas Artes o el de los Huron-Wendats.
A poca distancia, se encuentra Village Vacances Valcartier, hogar del Hôtel de Glace. Este icónico hotel de hielo, reconstruido cada invierno, celebra su 25 aniversario, por lo que no pueden perderse las actividades temáticas que hay.

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Aventuras en Quebec
Parte del itinerario lleva a Saguenay-Lac-Saint-Jean, una región con paisajes invernales. Aquí, el histórico pueblo de Val Jalbert puede ser explorado en esquí para conocer sus casitas de madera. También destacan actividades como la pesca en hielo en el Fiordo de Okwari y los recorridos en motonieve por senderos nevados. La Vallée des Fantômes, en los Monts-Valin, es otro punto destacado, donde los árboles cubiertos de nieve crean un paisaje mágico.

Charlevoix y el Valle del Hielo
Por otro lado, Charlevoix se convierte en el escenario ideal para actividades como pedalear sobre ríos congelados en fat bike o caminar en raquetas de nieve. La región cuenta con emocionantes paseos en trineos tirados por perros y la oportunidad de admirar el paisaje desde un helicóptero.
Asimismo, Baie-Saint-Paul, con sus encantadores rincones, es perfecta para descubrir la cultura local y disfrutar de su hospitalidad.
El viaje concluye en Montreal, una ciudad conocida por sus grandes experiencias culturales. Aquí, los visitantes pueden disfrutar de la exhibición digital OASIS immersion, el espectáculo AURA en la Basílica de Notre Dame o patinar en el Quartier des Spectacles. Para relajarse, el spa flotante Bota Bota es una excelente opción.
También, al norte de la ciudad, en la región de la Mauricie, el resort Pourvoirie du Lac Blanc permite disfrutar de la pesca en hielo, caminatas en raquetas de nieve y patinaje en lagos congelados. El hotel Auberge du Lac-à-l’Eau-Claire cierra el círculo de esta experiencia con paseos en motonieve y relajantes baños nórdicos.

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