La industria vinícola en México ha experimentado un notable cambio en los últimos años. Nuestro país no era conocido por ser productor de vinos. Sin embargo, debido a diversas transformaciones y avances tecnológicos, se ha convertido en un actor importante en la escena vitivinícola a nivel mundial.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), la producción de vino en México ha aumentado de manera constante.
Entre 2010 y 2020, la producción de vino en el país se duplicó, al pasar de 14 millones de litros a más de 28 millones de litros, aproximadamente. Este crecimiento muestra un aumento considerable en la capacidad de producción y la expansión de la industria vinícola en el país.
Asimismo, la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV) reveló que durante la última década, el consumo de vino en México aumentó 22 %.
Crecimiento de la industria vinícola en México
Mejores técnicas de cultivo
Con la implementación de técnicas de cultivo más sofisticadas, los productores ahora utilizan tecnología de vanguardia, como sensores de humedad del suelo, sistemas de riego automatizados y drones para monitorear las condiciones de las vides. Esto ha permitido optimizar el crecimiento de las uvas y asegurar calidad.
Innovación tecnológica
También la tecnología ha tenido un fuerte impacto revolucionario en el proceso vinícola. El uso de prensas neumáticas, fermentadores controlados por temperatura y sistemas de filtración avanzados han mejorado la eficiencia y la precisión del proceso de vinificación.
Control de calidad
Lo anterior ha dado como resultado un mejor control de calidad para registrar cada etapa del proceso de producción, desde el cultivo de las uvas hasta el embotellado. Esto no solo garantiza la calidad y autenticidad de los vinos, sino que también brinda confianza a los consumidores y facilita la exportación.
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Tendencias de la industria vinícola internacional
Con el crecimiento de la industria vinícola en México y el mundo, nuevas tendencias han surgido entre los consumidores y con ello, las compañías productoras de vino se han adaptado a estos cambios al ofrecer distintos productos. Por ejemplo, la alta demanda de vinos rosados, o vinos bajos en calorías.
Sustentabilidad y producción ética: Cada vez hay más consumidores que buscan consumir vinos provenientes de bodegas que estén comprometidas con prácticas respetuosas del medio ambiente.
Una de ellas es Viña Concha y Toro, una empresa con una sólida gestión sustentable. A medida que cultiva, cosecha, produce y distribuye sus vinos, protege el medio ambiente y apoya a las comunidades en las que se encuentra.
Vinos de baja graduación alcohólica y calórica: Los consumidores de esta tendencia se encuentran a favor de la moderación y un consumo responsable del alcohol. Por ello tienen una clara preferencia por bebidas más ligeras y refrescantes, como lo es Casillero del Diablo y su línea Reserva Belight Rosé y Sauvignon Blanc.
Vino rosado: En los últimos años, la popularidad del vino rosado ha incrementado sus ventas. Esto se debe a que el consumidor lo encuentra “más fácil de tomar” y lo ha adoptado como una bebida para cualquier ocasión.
Vinos espumosos: Al igual que el vino rosado, el consumo de vinos espumosos ha ido en aumento, por lo que su degustación ya no se reserva únicamente para ocasiones especiales.
Estilo de vino: Desde vinos tintos y jóvenes, hasta añejos. los consumidores pueden tener preferencias en cuanto al estilo que prefieren consumir.
Sin importar cuál sea el vino, lo cierto es que esta bebida ha tenido un gran aumento en su consumo y popularidad, por lo que promete un crecimiento importante durante los próximos años. 
